sábado, 10 de mayo de 2008

el pedazo mas rico de la torta

Sonó el timbre. El descanso había terminado. Hansel tuvo que regresar al cuarto de la maquina de caramelos, donde él trabajaba, para seguir combinando edulcorantes y azucares diversos. Disfrutaba viendo a la empalagosa máquina acariciar el almíbar y como este lentamente se iba transformando en un caramelo que jugaba a darse volantines, como un niño.Se apoyo en la pared, el motor rugía un estruendo intermitente. Hansel se deja llevar por este sonido ensordecedor, por su ritmo predecible que de a pocos lo adormece hasta hipnotizarlo dejándolo inmóvil, con la sensación de miles de hormigas caminando por todo su cuerpo, una fina membrana ahora lo envolvía, un palpitar pendular y placentero atravesaba sus pensamientos (acostumbrarte al estruendo, es escuchar el silenció)….placentero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido y remoto muchacho!!!
qué gusto encontrarte, leerte, dejarse llevar de la mano por la palabra.

un saludo.

G.