miércoles, 13 de febrero de 2008

Pan de ayer.




Texto, sin nombre (como todos los que escribo)
Texto que recité el día ayer, en el bar y que para el dasayuno ya esta duro Asi que en la mañana me fui a tirar las migas en el parque para que se las coman los pájaros que les gusta sui generis...



(cuando dije tu nombre... y tu... todavía estabas dormida)

Al pedirte que escucharas tu nombre en la oscuridad,
Solo atiné a escapar por el agujero que había en mi boca,
Y transformado en sonido me deslicé sobre el aire que estábamos respirando,
Sobre el aliento nuevo que dejaron nuestras palabras…
Hasta llegar a tus oídos y
Encontrar un agujero similar al de mi boca…
Adentro descubrí una caracola
y su soledad espiralada me llevó hasta la playa invisible que había adentro…

Donde sonaban tus pensamientos
… tus odios eran dinosaurios que daban vueltas a mí alrededor, buscando, hambrientos,
Recuerdos de abuso y opresión.
Y tus pasiones, movimientos sísmicos que aceleraban un latir enigmático de libertad…


Pero ahora, tu nombre se pierde en un vacío…

Caracola sin playa, Ni soledad en espiral
Caracola con ausencia de sismos, que extraña los dinosaurios

Ahora tu nombre sale de mi boca y no encuentra el agujero de tus oídos

Me deja con la mano empujando una puerta hecha de polillas, que nacen del polvo.
Su textura de harina se impregna en mis dedos…

Salen volando como hojas secas que no me deja oír ni mis pensamientos…

Y me quedo dormido en el suelo, mirando mi cama.

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